domingo, 28 de noviembre de 2021

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO, VEN SEÑOR JESÚS


Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Monitor: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Todos: Que hizo el cielo la tierra.
Monitor: Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender, semana tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la luz del mundo que ha venido a disipar las tinieblas. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que Él nos ha venido a traer.
Lector: Lectura tomada del libro del profeta Isaías: “Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira como la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece”.
Monitor: Quien dirige la oración, con las manos juntas, dice:
Nos recogemos unos instantes en silencio, e inclinando nuestras cabezas, vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento.
Oremos
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor Jesús, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas, de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Te lo pedimos por Él mismo que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.

Monitor: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona mientras cantamos la primera estrofa de –escoger la canción apropiada–. En esta parte, algún miembro de la familia puede unirse con acordes musicales de guitarra para acompañar el canto colectivo.
Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén